José María Yazpik, realizado y feliz

18/10/2019

José María Yazpik nace en la Ciudad de México, su primer trabajo como actor fue en la película para televisión El bruto contra el ángel de la muerte. Estudió en el Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa, su primer papel importante en la televisión, fue telenovela La paloma, en 1995, producida por José Rendón, que no se terminó de grabar debido a la trágica muerte del protagonista, el actor Gerardo Hemmer.

Al año siguiente participó en su segunda telenovela, Canción de amor, producida por Luis de Llano Macedo, y en la película Última llamada, dirigida por Carlos García Agraz. En 1997 su carrera empezó a tomar vuelo con participaciones en televisión cada vez más importantes, pues interpretó el papel del villano juvenil en las telenovelas Pueblo chico, infierno grande y Ángela, ambas producidas por José Alberto Castro.

Uno de los papeles sin duda importantes en la carrera de José María Yazpik fue en la telenovela La vida en el espejo, protagonizada por Rebecca Jones, Gonzalo Vega y Sasha Sokol. Allí interpretó al hijo homosexual de Rebeca y Gonzalo, viniendo así otras participaciones como Todo por amor y Cara o cruz.

Su carrera en el cine se dio en La habitación azul, Sin ton ni Sonia, Nicotina y Las vueltas del citrillo, con esta última ganó el Premio Ariel a Mejor coactuación masculina. También participó en dos películas del director español Pedro Almodóvar: Hable con ella y La mala educación.

En 2007 trabajó en el papel principal de la película El atentado, de Jorge Fons, en 2008 saltó a Hollywood con la cinta The Burning Plain, donde compartió créditos con Charlize Theron. En 2010 realizó una participación especial en la serie histórica Gritos de muerte y libertad, donde interpretó a Antonio López de Santa Anna.

Para 2012 participa en la película Colosio: El asesinato. Ese mismo año Pedro Almodóvar lo invita nuevamente para ser el coprotagonista de su próxima película, Los amantes pasajeros, estrenada en 2013 y en la que comparte crédito con el actor español Javier Cámara.

A partir de 2017 participa de las series de Netflix Narcos y Narcos: Mexico en el papel de Amado Carrillo Fuentes, más conocido como «el señor de los cielos».

Para este 2019 se estrena como productor y director de su opera prima Polvo, la cual narra la historia de un hombre que, en búsqueda de fama y fortuna como gran actor de Hollywood, “el Chato” dejó San Ignacio, su idílico y apacible pueblo en medio de la nada…  Diez años después, en 1982, un cargamento de cocaína es arrojado desde el aire sobre San Ignacio, y el Chato es encomendado por la mafia de Tijuana para recuperar la droga a sabiendas de que, si no lo hace, todos los habitantes del pueblo estarán en peligro. A su regreso, el Chato se confronta con la posibilidad de recuperar su vida, su familia y al hijo que no sabía que tenía.

Platicó para StageOne Magazine, algunas anécdotas personales y de la producción, así como lo feliz y orgulloso que se siente de haber realizado este film.

¿Qué te motivo a escribir Polvo?

Nostalgia, fui a San Ignacio con mi papá y mi hermano, él es de ahí, fuimos hace como 10 años a las fiestas y al ver el estado en que se encontraba el pueblo y ver cómo había cambiado desde la última vez que fuimos, nos causó un rollo de nostalgia muy fuerte, entonces decidimos hacer algo en el pueblo, que no era necesariamente esta película, años después un amigo nos contó la anécdota de la avioneta y decidimos que podía ser un buen punto de partida para desarrollar una película.

Es tu primer opera prima, ¿qué esperas de esta película?

Estoy feliz, estoy rallado, realmente nada, lo que quería era hacerla, terminarla y aprenderle, ser feliz con el proceso y compartirlo con el crew y el elenco, mi familia, estoy más que satisfecho.

Es bonito que la gente diga, porque nunca vamos de vacaciones ahí. (San Ignacio)

¿Qué tienes en común con tu personaje?

El recuentro y el viaje nostálgico del personaje, eso soy yo, recordando la baja, mi infancia en ese pueblo, las decisiones que tome de alejarme de Baja California para venirme a la Ciudad de México, como hubiera sido mi vida si me hubiera quedado allá, y cuando vuelvo, las cosas son distintas, ya nunca va a ser igual, entonces se triplica la nostalgia y toda esta cuestión del paraíso perdido, todo eso tengo en común con el Chato.

Vemos una película sutil, con diálogos mesurados

A mí los diálogos me estorban muchísimo cada vez que actuó, hay una tendencia a sobre explicar, en lugar de explicar con acción hay que explicar con  palabras y es algo que no quería que sucediera aquí, porque aparte el tono del pueblo es así, hay una anécdota muy bonita de mí papa, se gradúa de médico en la UNAM y viaja al pueblo para entregarle a mi abuelo su diploma,  sin avisarle llega y mi abuelo estaba sentado afuera de donde vivía, voltea mi abuelo a ver  mi papá y le dice: tú que haces aquí, vengo a entregarle esto, lo ve y dice.. a pus guárdalo, para algo ha de servir

El tono es muy particular de ese pueblo, con cualquier cantidad de anécdotas y muchas las tuve que quitar para no fuera una comedia de otro tipo, trabajamos el tono, el acento de manera individual con todos los actores, no es una película de narco pero si se habla de esta corrupción del alma y social, cuando un elemento como el dinero o el poco poder te llega  sin estar preparado y como de repente se empieza en algo que funcionaba perfectamente bien, se empieza a descomponer  con una facilidad y rapidez brutal.

¿Qué te inspira seguir adelante? El ego

¿Cómo te gustaría ser recordado? Con alegría

¿Qué no harías ni por todo el oro del mundo? Pocas cosas, yo he dejado de hacer muchas cosas por no trabajar por dinero, pero es todo el oro del mundo (RISAS)

Polvo es coproducida por THR3 Media Group, Alebrije Producciones y Tintorera Producciones, con el apoyo del Fondo de Inversión y estímulos al Cine (Fidecine), se estrenará en octubre próximo con distribución en salas de cine a nivel nacional.